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Mitos y realidades del Bromadiolone

  • Writer: Fumigaciones Mar del Plata
    Fumigaciones Mar del Plata
  • 5 days ago
  • 6 min read

No todos los cebos rodenticidas son iguales. Las grandes diferencias de potencia entre los actuales rodenticidas anticoagulantes, y de palatabilidad entre tipos de cebos aparentemente similares, tienen implicaciones en la elección del rodenticida por parte de la plaga. Debido a su eficacia y potencia, el Bromadiolone ha generado una serie de mitos y malentendidos, que tratamos de esclarecer a continuación.



Existen distintos tipos de rodenticidas en cuanto a su modo de acción, pero sin ninguna duda los más ampliamente aceptados son los anticoagulantes. Estos son productos inhibidores de la coagulación de la sangre que pueden provocar la muerte entre las primeras 48 horas y los 10 días, sin «despertar» el sistema de advertencia altamente desarrollado por los roedores, lo que permite que éstos no se puedan defender contra la acción eficaz de esas sustancias al no percibir sus manifestaciones de intoxicación.


Técnicamente, provocan la muerte de los roedores al inhibir la biosíntesis de los factores de coagulación dependientes de la acción de la vitamina K, alterando el proceso normal de coagulación, lo que se traduce en la muerte como consecuencia de las hemorragias internas que sufre el animal. Estos rodenticidas son antagonistas de la vitamina K, ya que deprimen la síntesis hepática de las sustancias esenciales para la coagulación de la sangre que son dependientes de la vitamina K. También inhiben las proteínas anticoagulantes C y S. Inhiben a las enzimas vitamina K-2,3 epóxido reductasa y a la vitamina K reductasa, que transforman en forma sucesiva la forma inactiva de la vitamina K a una quinona y luego a la hidroxiquinona (que es la forma activa de la vitamina K). La inhibición de esta enzima conlleva a la acumulación de la forma inactiva de la vitamina K y, por tanto, no se sintetizan y activan los factores II, VII, IX y X de la coagulación. Los rodenticidas anticoagulantes son compuestos de baja solubilidad en agua y buena estabilidad a temperaturas normales.


¿Qué es el Bromadiolone?


El Bromadiolone es un rodenticida anticoagulante de segunda generación (SGAR), derivado de la 4-hidroxicumarina. Actúa como antagonista de la vitamina K, inhibiendo la enzima epóxido reductasa, esencial para la regeneración de los factores de coagulación II, VII, IX y X dependientes de vitamina K1. Esto conduce a hemorragias internas fatales en los roedores. Al actuar inhibiendo la coagulación de la sangre, provocan hemorragias internas que llevan a la muerte del roedor días después de su ingesta. Se clasifica como anticoagulante de segunda generación, lo que significa que es más potente y tiene una vida media más larga que los de primera generación (como la warfarina).


La Bromadiolone ofrece un equilibrio entre eficacia y persistencia, siendo efectiva con una sola ingestión y con un inicio de acción relativamente rápido en comparación con la warfarina. Sin embargo, su vida media más corta que la del brodifacoum puede hacerla menos persistente en el organismo, lo que podría ser una ventaja en términos de reducción del riesgo de intoxicación secundaria.


Estos son algunos de los mitos más comunes sobre el bromadiolone


MITO 1: La Bromadiolone necesita una mayor dosis para alcanzar la letalidad que el Brodifacoum


R: Verdadero. Sí, el Bromadiolone necesita una mayor dosis para ser letal en comparación con Brodifacoum, que es más potente y persistente. Sin embargo, ambos compuestos son eficaces y peligrosos si no se usan con responsabilidad técnica. Aunque en lo teórico controla con más dosis, en la práctica no, porque un roedor come por cantidad de alimento, no por el tipo de ingrediente activo. Se estima que una rata adulta consume más de 40 gramos al día, es decir, varias veces las dosis que requiere Bromadiolona para un control eficaz.


MITO 2: La Bromadiolone es más lenta para el control:


R: Falso. La velocidad de control con Bromadiolone no depende exclusivamente del ingrediente activo, sino de la disponibilidad de vitamina K en el organismo del roedor. Esta vitamina es esencial para la formación de protrombina, una proteína clave en la coagulación sanguínea. Si el roedor tiene reservas elevadas de vitamina K, el efecto anticoagulante será más lento y la hemorragia tardará más en producirse. Por tanto, la rapidez del control puede variar según el estado fisiológico del animal.


MITO 3: La Bromadiolone es más segura para animales no objetivo:

R: Verdadero.. La Bromadiolone es relativamente más segura para animales no objetivo que el Brodifacoum debido a su mayor DL50 (menos tóxica por mg/kg) y menor persistencia en tejidos, lo que reduce el riesgo de intoxicaciones. Además, la vida media hepática de la Bromadiolone es más corta, lo que reduce su persistencia en el organismo del roedor y, por tanto, el riesgo de acumulación en la cadena alimenticia. Esto la hace relativamente más segura para animales no objetivo, especialmente en casos de intoxicación secundaria (cuando un depredador consume un roedor envenenado).


MITO 4: El Brodifacoum es más tóxico:

R: Verdadero.. El brodifacoum es uno de los rodenticidas anticoagulantes más tóxicos disponibles. Su alta toxicidad se debe a su gran afinidad por la enzima hepática epóxido reductasa, lo que interfiere de forma más persistente y efectiva con el ciclo de la vitamina K, esencial para la coagulación sanguínea.


Esto se refleja en su dosis letal media (DL50), que es mucho más baja que la de otros anticoagulantes. Esta potencia hace al brodifacoum muy eficaz contra roedores, sin embargo, su alta toxicidad y larga vida media hepática representan una desventaja en entornos con animales no objetivo, como mascotas, aves rapaces y otros depredadores, ya que aumenta el riesgo de intoxicación secundaria y ambiental. Por eso, el uso de brodifacoum debe ser estrictamente controlado y enfocado, idealmente en áreas donde no haya acceso de fauna no objetivo.



MITO 5: La Bromadiolone tiene resistencia y Brodifacoum no:


R: Falso. La resistencia a los rodenticidas anticoagulantes (como Bromadiolone y Brodifacoum) surge por mutaciones en el gen VKORC1, que afecta la sensibilidad de la enzima vitamina K epóxido reductasa, blanco común de ambos compuestos. Por lo tanto, si una población de roedores desarrolla resistencia a la Bromadiolone (2ª generación), también será resistente al Brodifacoum (y viceversa), ya que ambos actúan sobre la misma enzima. La diferencia está en la potencia: el Brodifacoum puede enmascarar temporalmente la resistencia por su mayor toxicidad, pero no la evita a largo plazo. Existen casos documentados en Europa y EE.UU., donde se presentaron ratas con resistencia a anticoagulantes de 2ª generación, incluyendo ambos principios activos.


MITO 6: Como la Bromadiolone es resistente, se debe usar más dosis:

R: Falso. Aumentar la dosis no es una estrategia válida ni segura frente a la resistencia a Bromadiolone. La resistencia es genética y no se supera simplemente con una mayor ingesta del rodenticida.


En condiciones normales, una rata de alcantarilla de 300 g puede morir con apenas 6 gramos de cebo con Bromadiolone, pero en terreno suele consumir entre 30 y 80 gramos por día, lo que representa entre 5 y 13 veces la dosis letal. Por ello, aunque exista cierta resistencia, muchas veces no se detecta de inmediato, ya que el consumo excesivo puede compensar parcialmente la menor sensibilidad.


El aumentar la concentración del ingrediente activo no es una solución recomendada: puede incrementar el riesgo para especies no objetivo y violar regulaciones de seguridad. Ante un caso de resistencia confirmada o sospechada, lo correcto es rotar el ingrediente activo, por ejemplo, cambiar a brodifacoum o flocoumafen, según la situación y normativa vigente.


MITO 7: Los raticidas «secan» a los roedores:


R: Falso. Los raticidas anticoagulantes, como la Bromadiolone o el brodifacoum, no “secan” a los roedores. Estos productos provocan hemorragias internas y externas, lo que lleva a una pérdida significativa de sangre y líquidos corporales, causando la muerte por shock hipovolémico. Una vez muerto el animal, el cadáver atraviesa procesos normales de descomposición y deshidratación. En ambientes secos o bien ventilados, esto puede generar la percepción de que el roedor «se secó», ya que el cuerpo pierde volumen y humedad, dejando una carcasa momificada con bajo olor. Esta creencia es común pero incorrecta: el secado no es causado por el rodenticida, sino por las condiciones post-mortem del entorno.



MITO 8: Los rodenticidas hacen que la rata no tenga olor al descomponerse:


R: Falso. Todos los animales muertos, incluidos los roedores, se descomponen de forma natural, y este proceso genera olores desagradables debido a la acción de bacterias y enzimas sobre los tejidos blandos.


Los rodenticidas, incluyendo los anticoagulantes como Bromadiolone o brodifacoum, no contienen sustancias que eviten la descomposición ni neutralicen olores. Tras la muerte, los líquidos corporales y tejidos comienzan a degradarse, liberando compuestos como cadaverina, putrescina, amoníaco y sulfuros, responsables del olor fuerte y desagradable. Por tanto, el olor es parte natural del proceso post-mortem, no un efecto del raticida.


La idea de que “no huelen” puede provenir de casos en los que el cadáver queda en un lugar ventilado y se deshidrata rápidamente (momificación), o la cantidad de tejido afectado es pequeña o está lejos de las personas. También puede deberse a la utilización de productos con fragancia o desodorizantes en paralelo.


Este análisis busca aclarar mitos comunes que pueden generar decisiones equivocadas al seleccionar y aplicar rodenticidas anticoagulantes. Un conocimiento técnico sólido y actualizado es fundamental para un control efectivo, ético y seguro de plagas.

 
 
 

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